Actores nacionales recuerdan los inolvidables regaños de mamá
18 de Mayo del 2010 Sin Comentarios
Un 28 de diciembre, Juliana Galvis sacó el carro de su mamá, se pasó un semáforo en rojo y lo estrelló.
Su madre se limitó a decirle: 'gracias por este regalo de fin de año', y le dejó de hablar dos días, lo cual fue suficiente para calificarlo como el peor castigo de su vida. "Me dolió muchísimo.
Hubiera sido mejor si me grita o me regaña", dice la actriz.
Solo cuando sus amigos fueron a calmar a su mamá, Inés Oviedo pudo volver a hablar por teléfono y salir de la casa. La actriz se demoró en una fiesta dos horas más de lo que había prometido y estuvo castigada por 15 días.
"Me prohibió hablar por teléfono y salir después de llegar del colegio. Mis amigos me trataban de buscar pero ella no los dejaba acercar".
El actor Juan Sebastián Aragón, que acaba de terminar la telenovela La marca del deseo y se prepara para el rodaje de la película Poker, recuerda que cuando tenía 5 años, su mamá le regaló un acordeón y él, con su espíritu de científico, lo desbarató completamente para ver qué tenía por dentro.
"Me correteó por toda la sala y yo creo que me alcanzó porque todavía me está doliendo", cuenta.
Cuando tenía 12 años y andaba enamorada, Aura Cristina Geithner se le escapó a su mamá para verse con su novio y otros amigos.
Se perdió una hora y media. Cuando apareció, su mamá no solo la regañó delante de su novio, sino de los amigos que estaban con ella. "Fue la vergüenza más grande y me decía a pleno grito: que no se vuela a repetir Aura Cristina, para eso se pide permiso".
Bastó que la actriz reclamara para que la mamá la llevara hasta la casa con un sermón completo. "A mí no me responda que soy su mamá", le decía.
"Me castigaron porque estaba en el techo de los vecinos y una teja cedió y me caí en la cocina de ellos", dice la actriz Adriana Arango. La vecina llamó a su mamá y ella la encerró. "Solo pude salir de mi cuarto cuando me aprendí las tablas del 8 y el 9".
Luis Eduardo Arango, 'El Kess' o Don Richard en la nueva telenovela de RCN, Los protegidos, recuerda que cuando era niño le gustaba hacer avioncitos de papel, así que su mamá acostumbraba a contar las hojas de su cuaderno. Un día, le faltaban como 15 y sin mucho preámbulo, buscó un cinturón y le dio el mismo número de correazos.
Aunque Rodrigo Candamil asegura que su mamá es una santa y que bastaba una mirada para saber qué no podía hacer en determinados momentos, Candamil recuerda que bastaban las peleas que ella tenía con su hermano menor, que sí fue bastante díscolo, para entender que debía dar ejemplo como hermano mayor. "Casi siempre nos reprendió con cariño. Solo necesitábamos una mirada de ella para saber que había algo que no estaba bien", recuerda el protagonista de Montecristo.
María Helena Doëring muchas veces se quedó sin desayuno porque en su casa las normas eran claras y nadie podía desayunar después de las 10 a.m. 'Esto no es un hotel', le repetía su mamá, pero la actriz prefería dormir dos horas más los domingos. Junto a sus otros cinco hermanos se acostumbró a que las horas de la comida eran sagradas, nadie podía hablar por teléfono ni levantarse de la mesa. El desorden fue otra gran lucha de su mamá con ella. Su clóset era el más desorganizado y un día al llegar del colegio encontró toda su ropa desdoblada encima de la cama. Aunque la idea era que la organizara, la caprichosa actriz la envolvió en el cubrelecho y la metió debajo de la cama. El regaño no se hizo esperar, pero aprendió. "Hoy me considero muy organizada", dice.
LUZ ADRIANA VELASCO
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
Колумбийские актеры вспоминают,
за что им в детстве попадало от мам
(перевожу отрывочек про Марию Елену)
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Много раз Марии Елене Доеринг приходилось оставаться без завтрака, потому что в доме ее родителей были установлены четкие правила, и никому не разрешалось завтракать после 10 утра. «Это вам не отель», - повторяла ее мама, но актриса предпочитала по воскресеньям поспать на два часа подольше. Так же, как и ее пять братьев и сестер, Мария Елена знала, что часы приема пищи в их доме – дело святое, и никому не разрешалось в это время разговаривать по телефону или вставать из-за стола. Еще одним предметом разногласия с мамой для Марии Елены был беспорядок в комнате. Хуже всего дело обстояло с ее гардеробом, и однажды, вернувшись из колледжа, она обнаружила всю свою одежду в куче на кровати. И хотя сделано это было для того, чтобы она прибралась, капризная актриса завернула все вещи в покрывало и запихнула под кровать. Наказание не заставило себя ждать, но многому ее научило. «Сейчас я считаю себя очень организованной», - говорит актриса.